¿Es ésta la carta que habías escogido?
Suelen acabar así sus trucos, y la gente no deja de sorprenderse de cómo son capaces de encontrar la carta que habíamos pensado. O de hacer desaparecer ante nuestros propios ojos un elefante.
Pero nosotros, que somos gente avispada, sabemos que la magia como tal no existe, y que todo son trucos que juegan con nuestros sentidos. Un ligero cambio entre manos, una carta que siempre ha estado ahí…
De eso estuvieron hablando en cierta ocasión un grupo de magos con un grupo de psicólogos. Conocer las bases psicológicas de estos procesos, para así llegar a conclusiones que pudieran ayudar a conocer más a fondo nuestra forma de pensar.
Y acabaron coincidiendo en que son tres las técnicas críticas que ayudan a un mago a hacer lo que mejor se le da: su magia.
Confusión
Observamos la mano del mago. Tiene tres pelotitas rosas. De repente hace un gesto, y sólo quedan dos. Otro gesto más, y la única pelota queda ante nosotros, asustada por su futuro incierto. Y es que en una fracción de segundo, ya no la tenemos ahí.
Este es un típico truco de magia, en el que con ciertos gestos, el mago está atrayendo nuestra atención para así realizar a escondidas el gesto necesario para su truco.
Pero a nosotros lo que nos interesa es la confusión psicológica.
Ésta suele ser mucho más sutil, y un ejemplo claro es el truco de la solución falsa. Durante su realización, el mago hace creer a sus invitados que han logrado averiguar cómo es el truco que está utilizando. De esta forma, se consigue que la gente esté mucho menos atenta a las pistas que les permitirían descubrir el truco real. ¿Cómo se logra esto?
Estudios en resolución de problemas muestran que el ser humano, cuando tiene una respuesta en mente, es muy difícil que considere alternativas. Y es que al pensar que algo ya tiene solución, solemos mecanizar todos nuestros procesos.
Un ejemplo sencillo sería el siguiente video, donde se lanza repetidamente una bola hacia arriba:
Cuando nuestro cerebro ha creado un patrón que dice “si la mano hace ese gesto, está tirando la pelota hacia arriba”, nos cuesta encontrar un cambio en la solución esperada, y es cuando se crea la ilusión.
Fuente: GenCiencia
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