martes, 24 de junio de 2008

Educación sexual en la adolescencia: Las primeras sensaciones en chicos y chicas


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En ellos...
Cuerpo y mente están estrechamente relacionados y esto es algo que saben muy bien los que están en esta época de tránsito. Ellos experimentan transformaciones físicas que van acompañadas inevitablemente de ciertas sacudidas psíquicas. A esta edad, los chicos pueden estar fisiológicamente preparados para mantener relaciones sexuales e incluso procrear, puesto que son capaces de eyacular, pero sienten que su mente todavía no ha alcanzado la madurez necesaria.

Aún queda mucho por aprender.
Los varones suelen ser más lanzados que las chicas. Por ejemplo, en el vestuario de los niños es más común que estén todos desnudos y que se duchen al mismo tiempo y, entre broma y broma, vayan informándose. Quizá surjan bromas porque uno de ellos ha tenido una erección inoportuna e involuntaria cuando estaba en la piscina. y seguro que no se pasará por alto el tamaño de los penes, ya sea por exceso o por defecto.

Para despejar las incógnitas que se abren a su paso, los niños recurren a la camaradería masculina, en cuya compañía se mueven como "pez en el agua" para superar la timidez que sienten ante el otro sexo. El aumento del impulso sexual les lleva a interesarse por las chicas, están muy pendientes de ellas, aunque quieran aparentar lo contrario o incluso se burlen de alguno por estar «colgado» de fulanita o menganita. Por mucho que quieran disimularlo, es una etapa donde aparecen los primeros enamoramientos.

Comienzan las poluciones nocturnas, y empieza el proceso de descubrir el pene como un órgano que se va transformando. Lo manipulan, y en la medida que lo manipulan descubren que tiene una piel que se mueve y que además de servir para orinar, ahí pasan cosas nuevas. Todos estos hallazgos van unidos a nuevas sensaciones que poco a poco derivarán en la masturbación.

Por lo general, los chicos están orgullosos de sus nuevas manifestaciones de virilidad e incluso compiten entre ellos para ver cuál es más hombre. Pero al mismo tiempo, muchos viven con verdadera preocupación las burlas de algunos mayores.

-¿Qué puedo hacer para evitar tener una eyaculación durante el sueño, especialmente cuando estoy en casa de algún familiar o amigo?

La verdad es que alguna vez ha ocurrido y se siente mucha vergüenza.

-Uno no debería sentir vergüenza porque le ocurra algo tan natural especialmente durante la pubertad. Seguramente, el, familiar o los padres del amigo sabrán comprender que se trata de algo involuntario y que le puede pasar a cualquiera.

En Ellas...
En esta etapa de su vida, las niñas están muy pendientes de su desarrollo físico. Se encuentran inmersas en un proceso de cambio en el que perciben que ya no son niñas pero tampoco tienen los pechos de una mujer adulta ni el pubis cubierto de vello. Viven con una mezcla de curiosidad, entusiasmo y un poco de vergüenza hacia el mundo que les rodea. Es la época en la que, aunque no se marquen aún los pezones, empiezan a tener conciencia del pudor y dejan de pasearse desnudas por la casa.

Hablan mucho entre ellas, continuamente se están preguntando las unas a las otras. A diferencia de los muchachos, ellas no suelen hacer ostentación de sus «hallazgos» pero se preguntan si ha crecido o no ha crecido el pecho, si una tiene un pelo en el pubis, e incluso empiezan a contárselos porque al principio salen pocos... y se explican sin son más largos o más cortos... y también, por el desconocimiento, algunas se preguntan: «¿Si estos pelos siguen creciendo, debería cortármelos?» Ante el temor de las niñas de que algo vaya por mal camino por el simple hecho de observar en su cuerpo algo diferente, han de tener en cuenta que los pelitos del pubis crecen hasta un punto, que no todos los pelos son iguales así como no todos los pubis son iguales, que cada persona tiene una forma de monte de Venus, que unas tienen los pelos más rizados, otras más lisos...

Las chicas son más moderadas que los chicos, pero igual que ellos experimentan fuertes sentimientos sexuales. Ante la presencia masculina, aparecen los primeros síntomas de coquetería. Quizá, de un modo inconsciente, se mueven de otra forma, se acarician el pelo constantemente, se sientan con delicadeza, lanzan miradas pícaras. Quieren gustar a los chicos, pero a la vez sienten miedo de las consecuencias que una relación con ellos les pueda acarrear.

En la pubertad, tanto los chicos como las chicas comienzan a percibir de forma natural ciertas sensaciones excitantes y placenteras que no conocían hasta entonces. En ese momento, la calidad de la información será determinante para asumir las reacciones fisiológicas de una forma sana.

Fuente: Pedriatraldía

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